Y así comienza el disco que me abrió los ojos musicalmente: “Seventh Son of a Seventh Son” de Iron Maiden, el primer (y único hasta el momento) disco conceptual del grupo.Inspirado en el libro “Seventh Son” de Orson Scott Card (vaya, vuelve a aparecer por aqui) cuenta la historia de un séptimo hijo de un séptimo hijo, dotado del poder de la clarividencia, desde su nacimiento a su muerte.
Aun recuerdo el día que puse aquel cassete mal grabado y comencé a escuchar la primera melodía de “MoonChild”. Es una de esas raras ocasiones en las que sientes que algo esta hecho para ti, y que ha estado esperando años a que tu lo descubrieses.
De pequeño, recuerdo ver los discos de Iron Maiden en el “Simago” de mi barrio. Era una época en la que era imposible caminar 100 metros en la calle sin ver una camiseta con el careto de Eddie (la mascota del grupo) plantado en ella, y yo, con 8 o 9 años, pensaba que aquello no podía ser música normal ni sana. Repulsión era la palabra que definiría aquello, pero siempre que iba a comprar con mi madre al “Simago”, miraba aquellas portadas, una mezcla de incomodidad y atracción se formaba en mi mente.

¡Que curiosa es la vida! Ahora Iron Maiden es “El grupo” para mi. Y su séptimo disco aun me pone los pelos de punta. Comienza con una canción rapidísima, “Moonchild” llena de fuerza y melodía para después continuar con un medio tiempo lleno de cambios de ritmo dobladas de guitarra espectaculares, “Infinite dreams”. Después llega “Can I play with madness”, de lo mas comercial que Maiden han escrito, pero siempre conservando ese toque de los británicos. Un pequeño respiro con “The evil that men do”,un tema marca de la casa, lleno de cabalgadas y un estribillo pegadizo que da paso al tema que da titulo al disco, una épica composición de casi 10 minutos. Cambios de ritmo, melodias extrañas y una atmósfera como solo Iron Maiden pueden crear. Una cancion progresiva que crece en intensidad a medida que los minutos pasan. El tramo final lo componen “The prophecy”, “The clairvoyant” y “Only the good die young”, tres temazos del os cuales tengo que quedarme con el segundo, con esa introducción de bajo y esa perfecta interpretación de Bruce Dickinson. No obstante considero que el séptimo disco de la doncella es el mejor trabajo vocal del vocalista. Una obra maestra desde el primer minuto al ultimo.
Up the Irons!
vaya!! he encontrado esto por casualidad,estaba leyendo una entrada de Zona de Pruebas! Estoy totalmente de acuerdo contigo,fue el primer disco q oi de los maiden (alla por el 89,en FP)…moonchild…cuantas veces la habré oido, y que me dices del videoclip de Can i play with madness?? jajaj con ese profesor!! me ha gustado muxo tu articulo. Saludos!
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Muchas gracias por visitar mi blog!
Me alegro que te gustase el articulo. En cuanto al video de “Can I play with madness” es muy grande, quiza algun dia haga un articulo acerca de los videos de los Maiden.
slaudos
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