No hace mucho, me encontraba en una de las muchas librerías que La Casa del libro posee en Madrid y, mientras ojeaba un ejemplar, me llamó la atención una conversación entre dos empleados de la tienda. En ella, una chica, le comentaba a su compañero que era el cumpleaños de un conocido y que no tenía ni idea de que regalarle, «creo que le voy a comprar un comic», dijo. Inmediatamente, el compañero, heraldo del gafapastismo y mesías cultural le dijo: «¿comics?, te voy a recomendar tres novelas gráficas mejor» para posteriormente nombrar tres títulos de esos que se usan para dar un, innecesario por otro lado, aire de formalidad y seriedad a nuestro amado noveno arte. La chica le dijo entonces, «¿pero eso son comics, no?» a lo que él contestó: «no no, no son comics, son novelas gráficas».
Lo que a continuación siguió no fue nada agradable: me acerqué a los dos y sin mediar palabra alguna, mi cabeza salió disparada hacia la cara del chico. Después del sonoro «crack», los ojos se le quedaron en blanco, mientras caía hacia atrás sangrando profusamente por la nariz. Desorientado y sorprendido, quedó tendido boca arriba, mientras, yo, con infinita delicadeza, enrollaba varias páginas de Persepolis y de Daredevil y se las metía en la boca una a una. Le pregunté al susodicho si tenían un gusto diferente unas de otras, pero no me supo contestar. A la sorprendida chica le señalé un ejemplar de Regreso al Mar, un tomo de Superlopez, y un From Hell, y sin mas le dije: «Con cualquiera de estos tres tebeos seguro que aciertas». Seguir leyendo ¿Qué narices es una novela gráfica? →